Una mirada popular y soberana sobre la producción y el campo argentino. Un abordaje de las problemáticas agrarias desde la perspectiva de los intereses de los pequeños y medianos productores, los trabajadores rurales, los pueblos originarios y los pueblos del interior. 

Con nuevo formato digital y la data de siempre

 

Camino a una chanchada

Escrito por  Mariana Echaguibel

La producción y el consumo per cápita de carne de cerdos en nuestro país van en aumento, y se ha reducido la importación de cerdos desde Brasil a su nivel más bajo en 20 años. En medio de un proceso de transformación de dicha producción, los productores más chicos avizoran un panorama no muy alentador para la baja escala.

De esta manera el balance económico es más que satisfactorio si solamente se habla de números. Es que argentina aumentó alrededor de un 20% la producción de cerdos el año pasado, logrando casi el autoabastecimiento. Según datos del Ministerio de Agricultura el notable desempeño de ese sector productivo se dio en los últimos años. Con 4,8 millones de cerdos que fueron a faena en 2013 (como comparación, el país sacrificó 12 millones de bovinos en el mismo periodo), se logró producir 416.000 toneladas de carne porcina. Respecto de 2012, el crecimiento de la oferta llegó a 21,46%. Pero el salto fue mucho mayor en perspectiva histórica: una década atrás se producían solamente 158.000 toneladas.

 

“Hoy existen productores que sacan entre 2 mil y 3 mil kilos de carne por madre por año, y ésa es una muy buena producción. La piedra en el zapato de la actividad porcina ha sido desde los ‘90 el ingreso de carne de Brasil, país que ha podido ingresar al mercado argentino con muy buenos precios, tanto que localmente ha habido varios litigios por dumping. Además, al tratarse de un mercado de bajo consumo y bien circunscripto a los fiambres, los chacinadores compraban al mejor precios. Pero eso ocurría sobre todo hasta hace unos cuatro o cinco años, cuando la Asociación comenzó a trabajar para aumentar el consumo de carne fresca con campañas de promoción, la llegada a las carnicerías de mayor información para despostar la canal porcina al estilo de la carne bovina y aumentar la venta. De esta manera, los chacinadores, que eran los compradores exclusivos, se encontraron con un competidor, y ahora el productor puede decidir a quién venderle, sin depender exclusivamente de la industria chacinadora”, afirmó Juan Uccelli, titular de la Asociación Argentina de Productores Porcinos.
En este escenario, vale la pena resaltar que las importaciones durante el 2013 fueron de 16.794 toneladas, por un aproximado de 64,32 millones de dólares. Nunca se había comprado en el extranjero tan poca cantidad de carne porcina. Lo usual era que esas importaciones se ubicaran entre 30 y 50 mil toneladas anuales, con un pico de 71.900 toneladas en 1998. Esos cortes llegaban básicamente desde Brasil.

Según un informe del INTA del 2012, durante dicho año se importaron 30.604 toneladas de carne provenientes principalmente de Brasil y Chile, representando una disminución del 45% con respecto al año anterior. Los principales productos importados fueron carne fresca y  en cifra menos importantes fiambres y chacinados.
En el último año casi todos los indicadores sobre el sector se fueron para arriba y marcaron récord. El consumo doméstico llegó a 426.000 toneladas, lo que equivale a unos 10,40 kilos anuales por habitante, en promedio. Diez años atrás, cada argentino ingería de 5 a 6 kilos de cerdo, y la mayoría era carne procesada.

Argentina vs el mundo

El estudio llevado a cabo por el INTA y citado anteriormente, sostiene que en el 2012 se consumían a nivel mundial 104.363.000  tn. De este total, 7.237.000 tn  son de intercambio entre países. Los principales países importadores de carne de cerdo son Japón, con el 18,7 % del total que se comercializa entre países, Rusia (14,4 %), China (11,5 %) y  México (10 %) (Magyp, 2012). Los principales países productores de cerdos del mundo son China con el 49,3 %, Unión Europea (21,8 %), EEUU (10,2 %) y Brasil (3,2 %). A la vez, estos países son y en el mismo orden de importancia los que mayor consumo de carne de cerdo por habitante año tienen. Argentina produce el 0,32 % de la carne de cerdo del mundo. Los principales países que exportan carne de cerdo al mundo son EEUU con el 33,5 %, Unión Europea (31,5 %), Canadá (17,3 %) y Brasil (8,4 %).Argentina participa con el 0.09 % del volumen de carne que se exporta a nivel mundial.

Este informe detalla además que “en nuestro país en la campaña 2010/2011 se produjeron en Argentina  27.300.000  tn de maíz y sorgo, con un consumo del sector porcino de 826.262 tn  (3.0 %). A la vez se produjeron  48.900 millones de tn de soja donde el rubro utilizó 303.963 tn (0.6 %) (GITEP, 2011). En la campaña 2011/2012 se produjeron 24.772.000 tn de maíz y sorgo y  40.100.000 de soja (Fuente: Bolsa de Cereales de Rosario y elaboración propia) y el 5,5% de estas producciones de grano se transformaron en carne de cerdo”.

Continua afirmando que “estos valores no hacen más que demostrar la poca transformación del grano en carne de cerdo que se realiza en nuestro país y el enorme potencial que existe para posicionarse en el mercado externo, dado que  esta capacidad de producir materia prima lo coloca como uno de los países con costos de producción más bajo del mundo, a lo que se le suma el excelente status sanitario que posee. Se estima que Argentina en la próxima década alcanzará las 70.000 tn de productos porcinos exportados, lo que representa una participación del 1 % de lo que se comercializa en el mundo, pero un crecimiento de más de 29 % anual con  respecto a lo que se exporta en la actualidad”.
“El chancho es la carne más consumida en el mundo. China produce la mitad de los chanchos que hay en todo el mundo y Brasil es uno de los grandes exportadores. Un dato más que interesante es que Chile produce más cantidad de cerdos que nosotros y no tiene producción de maíz, sino que lo importa. Hasta hace años Argentina no se podía abastecer y aún no lo puede hacer”, detalló Javier Paillole, un pequeño productor chanchero de Camilo Aldao, Córdoba.

Cuando se busca analizar la “década ganada” en el sector productivo del cerdo se desprende que en estos momentos existe un proceso de transformación de dicha producción. Los momentos de plena importación han terminado por decisión del propio mercado y por diferencias en términos de intercambios con los demás países, y a su vez, para poder permanecer en la producción se requiere de mucha tecnología y de gran escala para poder seguir compitiendo en el mercado nacional, por lo cual conviven los dos sistemas de producción: confinamiento y a campo. “La particularidad que se da en este sector es que pasa lo mismo que en la soja. El que no hace instalaciones en la pequeña escala queda afuera del sistema, porque la tecnología se está concentrando, entonces aparecen emprendimientos grandes que producen más chanchos que varios productores juntos”, sumó Paillole.

Además afirmó que “en este tipo de producción se tiende a la concentración. Va a haber 30 empresas que van a producir todo el cerdo en argentina. Estamos en un momento de desafío para el chancho. La cuestión es ¿quiénes van a producir el chancho en las condiciones inmejorables que existen?, ¿los pequeños y medianos productores  o los empresarios que no están vinculados a la producción?.  Ese es el gran desafío. Muchos hablan de que hemos crecido, pero tenemos que crecer 10 veces más porque tenemos la materia prima que es la alimentación del chancho. La soja va a China y ellos hacen los chanchos (principales productores del mund0) con nuestra soja. Es como en la época de la colonia, donde nosotros regalamos nuestra materia prima y ellos nos venden sus chatarras. El balance económico puede dar, pero el tema es a qué costo. Los pequeños productores no tenemos ni eficiencia ni escala y no existe una política de estado que apunte a esto”.

Un informe del INTA sostiene que en lo que hace a los indicadores de eficiencia productiva se estima que un 39% se encuentran bajo sistemas de producción en confinamiento con una productividad promedio por madre/año de 20 animales terminados. El 61% restante de las madres se encuentran bajo sistemas de producción a campo o mixtos (a campo con alguna etapa intensificada) cuya productividad por madre/año se estima alrededor de 10 a 14 animales. En lo que hace a los sistemas de producción el sector vivió en los últimos años un proceso de transformación. Si bien los sistemas de producción de pequeña y mediana escala productiva (10 a 200 madres) son los que prevalecen en el país, se ha producido un importante aumento en el número de productores que a partir de estratos de 100 madres han confinado parte o talmente sus animales convirtiéndose en empresa tecnificadas de mayor eficiencia productiva.
También se ha observado en estos últimos años la instalación de megaempresas altamente tecnificadas y con índices de eficiencia productiva equiparable a los sistemas más eficientes a nivel mundial.

Los últimos datos detallan que en el 2012 en el país había 176 mataderos frigoríficos, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, de los cuales el 70% se encuentra en la región central del país. Los  16 primeros frigoríficos participan con el 58% de la faena nacional, de esta faena el 69% se realiza en Buenos Aires, el 21% en provincia de Santa Fe y la provincia de Córdoba participa con el 7.7% de esta faena. El resto (121 plantas distribuidas en todo el país) sólo faenan el 25 % del total nacional. Esta distribución de la industria muestra claramente la concentración de la faena en pocas plantas y la necesidad de contar con frigoríficos de mayor volumen en varias regiones del país para poder consolidar el creciente desarrollo que tiene esta actividad en regiones no tradicionales.  

En esta dirección el productor de 50 madres aproximadamente comentó a modo de ejemplo que en Camilo Aldao desaparecieron 5 productores en un período de 5 meses ya que el maíz a 15 pesos es muy caro para el productor. “Necesitamos que haya políticas de previsibilidad y de acceso a créditos blandos o subsidios para poder sostenernos en la producción y a su vez los productores tenemos que armar cooperativas para poder desarrollarnos entre nosotros”.
Según las estimaciones (PEA 2011; Fundación Mediterráneo, 2011) el país podría alcanzar en los próximos años los 14 kg  de consumo de carne de cerdo, con un partición cercana a los 10 kg de fresco. Esto permitiría aumentar la faena de cerdos a más de 8 millones de cabezas  y la producción de cerdos a más de 700.000 tn. Esta oportunidad se genera a partir de la caída del consumo de carne bovina que ocurrió en el país  y que abre una oportunidad  para que la carne de cerdo se posicione como una carne sustituta. “Si se alcanzan éstas metas propuestas para el 2020 se necesitará mejorar la capacidad instalada de estas plantas, que se estima en la actualidad en el 78%, al 90%. Además se necesitarán ampliar e o instalar más de 15 nuevas plantas de faena  que deberían ser estratégicamente distribuidas”, sumó el Ministerio de Agricultura.

Las perspectivas para éste sector productivo son más que prometedoras teniendo en cuenta las condiciones en las cuales se producen los cerdos en nuestro país. Desde el gobierno nacional se estiman números, pero no se detalla con quiénes se llegará a las 8 millones de cabezas  con una producción de más de 700.000 toneladas. En el mientras tanto, le seguimos vendiendo nuestra soja sin agregarle valor a los Chinos, para que sigan haciendo una chanchada.

Ediciones de SURsuelo