Jueves, 22 Septiembre 2016 14:55

Ciclotimia, un hecho artístico irrepetible

Escrito por  Nota: Ignacio Benitez / Fotografías: Mariano Basabilvaso
    Ciclotimia, un hecho artístico irrepetible

    En una esquina del centro de Rosario, todos los martes se conforma un epicentro, desde el que se propaga arte de todos los colores. Desde una chica leyendo poesía dedicada a Lía Crucet, pasando por un tarotista, hasta un músico, es el legado que dejó “El rengo”, como le decían sus amigos, Fabricio Simeoni. Ciclotimia, es un ciclo de poesía que con un toque de música y video hacen que cada martes sea diferente.

    Eran las nueve de la noche, en la esquina de Mitre y Pasaje Simeoni. Parecía todo improvisado, un mini escenario de dos metros por uno, mesas acurrucadas y Amber, la moza del reducto, acomodando al público en el Bar Jekyll & Hyde. Pero nada de todo esto era improvisado. Ordenando los cables del sonido estaba Pablo Castro Leguizamón. “Yo puedo conversar ahora, después voy a estar presentando a los artistas” advirtió el organizador de Ciclotimia quien trabaja junto a Érika Arístides desde hace seis años. Pablo se encarga de presentar a los artistas, mientras que Érika, la otra organizadora, toma fotografías a los poetas y al público durante la noche. “Yo puedo conversar después, tengo que empezar con la fotos”, dijo ella. Ambos conforman Tres cabezas Producciones.

    A Pablo Castro Leguizamón se lo pudo ver durante la semana participando de un spot para la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, barriendo la vereda y saludando a un transeúnte, o en el Festival Latinoamericano de Cine de Rosario, donde obtuvo un premio por la competencia de Escuelas de Realización Audiovisual con el corto El Maquinador. “Fue un hecho inaudito, ya que participaron alumnos de las dos escuelas de cine de la ciudad en forma conjunta”, explicó Pablo. Además conduce un programa radial los sábados de 12 a 14 por la TL 105.5, junto al cantante de Los Vándalos, Popono. Pablo nació en Buenos Aires en 1970, estudió abogacía 4 años y abandonó la carrera. “Como varios amigos, si terminábamos la carrera nos esperaban ciertas cosas y hoy quizás no estaría haciendo este ciclo”, expresó. Los autores favoritos de Pablo son  Juan Carlos Onetti y Antonio  Di Benedetto y a nivel local Verónica Laurino, Nacho Estepario y Beatriz Vignoli.

    Pablo también cubre eventos, presenta grupos, anima, cubre desfiles de moda y actúa. “Respeto al teatro, lo disfruto mucho como espectador; para mi es lo mejor que hay, porque como actor lo sufro un poco más, en lo audiovisual tenés un changüí, es como que pateas de vuelta el penal”, señaló. Con unos amigos escribió un libro llamado “Apucheta, crónicas del barro”, una novela escrita entre trece autores. “Para remontarse a algo parecido había que irse a cien años atrás al libro ‘El paragua misterioso’, donde eran trece, igual que nosotros. Lo más difícil fue mantener una unidad, dejamos el ego del lado y salió muy bien”, destacó.

    “Estaba haciendo los miércoles un ciclo en el bar La Chamuyera, se llamaba miércoles de rehabilitación artística, ahí arrancamos hasta que los dueños de Jekyll & Hyde nos propusieron venir”, contó Pablo acerca de los inicios de Ciclotimia, seis años atrás. Al proyecto lo iniciaron Fabián Mozzati,  Érika Arístides y Pablo. Al año siguiente con la ida de Fabián, se sumó el poeta rosarino Fabricio Simeoni. “Era mi mejor amigo, estuvo dos años con nosotros, hasta que falleció. Le pusimos su nombre a la calle en tiempo récord, 45 días precisamente. Fabricio fue un gran poeta, periodista y militante social, daba talleres en cárceles, su logro en este lugar fue unir la poesía con el rock”¨, explicó el organizador del ciclo.

    En ciclotimia han tocado bandas como Los Vándalos, Cielo Razzo, Mamita Peyote o el cantante Coki Debanardi, entre otros músicos reconocidos. “Nunca les pido que vengan, ellos vienen solos, disfrutamos la amistad. El éxito está en que mezclamos las cartas, es el arte aquí y ahora, un hecho artístico único, es difícil que se repita, cada martes es diferente, cinco poetas que van a leer sus últimas producciones, dos bandas en vivo y un audiovisual”, contó el actor.

    El público opina que Ciclotimia es como un circo. Además de los artistas que son convocados cada semana, la gente se puede encontrar con una bailarina, un pintor que interviene la ropa, con Amber, la moza del lugar que es norteamericana y termina cantando canciones en inglés, o hasta con un tarotista que tira las cartas a la gorra. “Leo el tarot hace años, en bares arranque en junio. Para mi Ciclotimia es un caldo de cultivo, donde te cruzas con gente que admiras, un ciclo que te lleva por varias estaciones, conocí poetas espectaculares, bandas que sigo escuchando y videos flasheros que te rompen la cabeza”, expresó Ezequiel, el tarotista.

    Primera Estación

    Pablo Castro Leguizamón empezaba presentando a la primera poeta, Carolina Musa, mientras Érika Arístides comenzaba a tomar las primeras fotos de la noche. Amber dejó su rejilla con la bandeja en la mesa y  contó enojada que la llamaron yankee. “No me gusta que me llamen así, los yankees son de nueva Inglaterra, yo nací en Wisconsin, aparte soy descendiente de alemanes e irlandeses, que no tiene nada que ver con los yankees, es como llamarlos a ustedes sudacas”. Castro subió a darle un beso y pedirle perdón por haber reclamado la comida y le dijo entre risas “te quiero más que a Perón”. A Amber no le gusta que la besen. “Nosotros no tenemos esas costumbres en Wisconsin”, aclaró. Contó que hace once años no ve a su familia y que vino a Rosario por amor. Amber es fanática de Eminem y algunas noches termina cantando canciones de Queen, Bon Jovi, Adele, Ami Winhouse, Mariah Carey, Katy Perry y música country. Amber también recordó a Fabricio Simeoni: “Lo conocí a Fabricio, qué bravo era ese hombre, qué fuerza que tenía para hacer todo lo que quería hacer. Me llevaba bien con él, siempre pedía papas copetín y una coca, tenía muchas mujeres alrededor“.
    La llamaron desde una mesa de la planta baja,  tomó su bandeja con el trapo y dijo antes de bajar: “Para mí esto es un circo, tiene cuatro o cinco estaciones, la que más me cuesta entender es la parte de poesía, se me dificulta por el idioma”.

    Ya habían leído los poetas Leandro Lull y Leandro Anaguano, la presentación de la poeta Alejandra Benz  estuvo a cargo de María Victoria Noya, ex integrante de Tres Cabezas Producciones y que en algunas ocasiones sigue colaborando con el ciclo. Alejandra leyó un poema dedicado a Lía Crucet y luego contaba: “Tengo una mirada feminista, a mi me parecía fuerte la historia de Lía crucet, para mí es alguien relevante, por suerte no es más la Teta Manti. Es gratificante leer acá, hay lecturas, música, es un gran circo.
    Mercedes trabaja como psicóloga, además de escribir poesía. Ya publicó dos libros, el primero llamado Torta Alemana y recientemente La Edad de Eva, los dos de Editorial Iván Rosado.
     

    Segunda Estación

    Prosiguió Pablo, esta vez presentado fotografías proyectadas, acompañadas con poesías de Romina Costilla. “Veremos un trabajo fotográfico del gran Guillermo Fournier, con nombre francés, le da relevancia a este ciclo de mierda”, decía Pablo entre risas. Luego prosiguió la música de Germán Roffler junto a Martín Actis que presentaron su nuevo disco, con contrabajo y guitarra.  

    Acto seguido subió la cantante Florencia Crocci, quien se presentó diciendo: “Soy Florencia Crocci, mi mamá María Helena, mi papá Jorge José, mis abuelas, María y Rita y mis abuelos Mario y Alfredo; yo lo puedo decir porque sé quién soy, no nos vamos a cansar hasta recuperar al último nieto”. María contó luego que su bisabuelo fue a pelear la primera guerra, él era republicano y lo mató el franquismo cuando escapaba hacia Francia. Florencia cantó canciones de su propia autoría, ella forma parte de la banda Macaferri & Asociados, además grabó con bandas como los Vándalos, Cielo Razzo y Patagonia Rebelde entre otras. “Ciclotimia es creación, imaginación, un espacio de expresión, me recuerda al Fabri, me genera un contraste de ausencia y a la vez presencia en el aire. Él generaba amor, él generó una ruptura que hizo que nos juntemos todos, gente que veníamos de diferentes caminos, él logró eso”, dijo la cantante mientras sonaba de fondo DLG de Fito Páez. Eso quería decir que ya habían pasado todos los artistas. Amber esta vez no iba a subir, tenía la voz “tomada”.

    Fin del recorrido

    La gente del bar se preparaba para emprender la retirada y Erika Arístides había terminado ya de tomar las fotos que publican en el Facebook todos los domingos. Erika es actriz y por ahora está retirada de los escenarios. Decidió desde hace seis años dedicarse a pleno a esto. “Los ciclos eran muy largos, solemnes, a la noche le faltaba algo. Nosotros los artistas queremos todo, Tercer Mundo, un ciclo de poesía  que organizaba Alejandra Méndez, fue una referencia, pero era sólo poesía. Armamos esto y tratamos de poner todo, tratamos de abarcar todo. Se cruzaron todos, a lo mejor uno que viene a ver cortos se encuentra con una poesía y descubre algo nuevo o al revés”, expresó Erika, quien también sintió la necesidad de nombrar a Fabricio Simeoni como un gran aporte para la construcción colectiva de este sitio. “El Fabri era una persona que lo podía todo, logró unir la poesía con el rock, eso lo logró él. Iba a todos los recitales, todos los artistas lo amaban, los pibes de cielo Razzo, Popono, esa cosa social que tenía influyó, hermanó todo, dejó un legado de acercamiento”, refirió la actriz, y agregó: “Dejó un legado, todos los años hacíamos dos ciclos destinados a colectas. Hoy, por la situación en la que está el país ya llevamos hechas seis en lo que va del año”.

    Terminando, Nacho Estepario, uno de los poetas con mayor proyección de la ciudad, según Pablo,  opinó acerca de Ciclotimia: “Acá vengo como público, lo bueno que genera este ciclo es que se encarga de atraer al público, asimilarlo y hacer que forme parte del espectáculo, a diferencia de otros eventos en los que uno va como consumidor. Es muy difícil en la ciudad encontrar el punto medio entre lo muy académico, como la sala El Círculo y otros bastiones que representan una poesía más elitista, y la otra punta, de la que también tenemos que hacernos cargo, más hippie que no llega a amplios sectores de la sociedad. Ciclotimia logró el punto medio, ni muy hippie que no alcanza a escucharse, ni muy académico que es tan excluyente”. El poeta además destacó la mística que carga Pablo, ya que no es fácil ser el discípulo heredero de Simeoni. “Fabricio es un fantasma hermoso que tiene la cultura de la ciudad, yo lo consumí como lector, es un mito de la ciudad. Todos los martes esto genera una fauna que te contiene”, concluyó.

    La noche terminaba, otro martes de Ciclotimia que pasaba y no se iba volver a repetir. Una paracaidista ingresó al bar a las dos de la mañana, ya cerrando, se sentó en una mesa, pasada de copas, y preguntó si era mesa de machos, le dijeron que no. “Estoy buscando un lugar para suicidarme, vine a buscar mi herencia y resulta que mi vieja se gastó todo, no me dejó nada”, dijo. “Ya estamos cerrando”, le respondió Amber.