Casa Fractal es un espacio cultural enmarcado en el ECUR (Espacios Culturales Unidos de Rosario), que desde febrero realiza actividades artísticas y talleres abiertos a la comunidad. En diálogo con La Brújula, Gabriel Cejas, gestor cultural y uno de los tres socios fundadores, detalló el esfuerzo de la convocatoria y los buenos resultados de la misma, que contó con gran participación de editoriales independientes y cumplió con el objetivo de ser un “evento multidisciplinario”.
La feria Salpica hizo partícipes a los vecinos de la zona, quienes accedieron a títulos que no se encuentran en los escaparates establecidos por las cadenas editoriales, así como a revistas culturales y a propuestas novedosas en materia de encuadernación. Iván Vaca, de la Editorial Flor de Pétalos Infinita Ediciones, especificó a la Brújula que “la idea de este tipo de ferias no solo es la autogestión, sino también poner de vuelta en circulación algunos libros descatalogados, pero que por su calidad y contenido creemos merecen ser publicados otra vez para que algún lector disfrute del conocimiento que estos ofrecen”.
Editando en la precariedad
El trabajo de las editoriales autogestionadas de Rosario es uno lleno de voluntad y trabajo continuo de colectivos e individuos que apuestan por ofrecer una alternativa al mercado editorial de la ciudad, no solo en sus títulos sino también en su elaboración: “nosotros planteamos una editorial dentro de un esquema de proyecto cultural y la idea actual de Casa Grande es autogestionarse y autofinanciarse a través del trabajo, entonces hacemos el trabajo de las impresiones, y el de las ediciones artesanales de manera limitada que las vendemos a un precio un poco más alto de lo que tendría un libro comercial, pero mucho menor del valor que debería tener un libro artesanal” comenta Nicolás Manzi, uno de los editores y gestor cultual de la Editorial Casa Grande.
La financiación se plantea como uno de los primeros pasos a resolver cuándo se trata de estas, pero ese no es solo el problema, algunas de las editoriales publican sin contar con el permiso para hacerlo o editan libros los cuáles no están autorizados para ser publicados.
Por eso es que este tipo de editoriales, según Iván Vaca “la mayoría no sigue la lógica del mercado pues nuestro interés está en otro lado, nos interesan publicar esos títulos que ya no se consiguen, y si se consiguen es por otro lado, no en las editoriales”.
Las ferias u espacios dedicados a la actividad cultural suelen ser los lugares que integran su circuito de distribución: “vamos a todos los lugares autogestivos, ferias de barrio, las ferias de MTA (Movimiento de Trabajadores Autogestionados), las FREA, todas las ferias alternativas” comenta Iván Vaca en conversación con La Brújula. Recordando así que este tipo de trabajos, y en palabras de Nicolás Manzi, “es como todo proyecto cultural, nace en una situación de precariedad, dónde está todo por hacerse. Todo proyecto cultural tiene como premisa auto sostenerse porque la cultura tal como lo planteamos nosotros no es un producto material que se venda realmente” resumiendo así la complejidad de lo que significa ser una editorial autogestionada en Rosario.