Según un informe realizado por IDESA, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino, la mitad de los jóvenes vive en contextos educativos adversos.
En este sentido, se destaca que la Argentina -según datos del INDEC-, entre los jóvenes menores de 18 años de edad de la población se observa que:
• El 27% tiene al menos uno de los padres con educación superior a secundaria.
• Otro 25% tiene al menos uno de los padres con educación secundaria completa.
• El 48% restante tiene ambos progenitores con educación inferior a secundaria.
De este modo se demuestra que en la Argentina la mitad de los jóvenes tienen padres con escasos niveles de educación, categoría utilizada por la OECD en la cual estos jóvenes serían considerados individuos que se crían en contextos educativos adversos.
Lo más interesante de este informe es que pone en discusión gran parte de la lógica económica capitalista moderna, en la cual se considera que tender a redistribuir progresivamente ingresos podía atentar contra el crecimiento.
Con esta idea de que concentrar los ingresos permite a un sector ahorrar para que después pueda invertir para expandir la producción. Bajo esta lógica, redistribuir ingresos a favor de los grupos sociales más postergados aumentaría el consumo pero reduciría el ahorro y la inversión.
Contraponiéndola con una nueva lógica de que para lograr una igualdad de oportunidades, se necesita incentivar la participación social a través de lograr que los jóvenes tengan las mismas capacidades.
La idea central sería pensar a la juventud como el sector más desprotegido en la incorporación al mercado laboral, en donde la tercerización y la precarización laboral abunda en este sector, y el más vulnerable de ser introducidos en bandas relacionadas con la criminalidad y el narcotráfico.
Es por ello que sería necesario acompañar medidas redistributibas con políticas sociales y educativas que permitan lograr una necesaria igualdad de oportunidades.