Con las mismas dificultades que padecen la mayoría de los jóvenes rosarinos en términos de estabilidad laboral, Cristian había decidido mudarse de la casa de sus padres para emprender un nuevo camino. Es así que cruzó calle Génova para acercarse a Juan José Paso, cosa que no difiere demasiado cuando esa pequeña distancia encuentra la transversalidad de la vía.
Es la que acompaña el cordón Oeste, la misma vía que atestiguó el asesinato de Cristian a manos de un grupo de jóvenes del barrio. Con fuertes golpes en todo el cuerpo, lo castigaron hasta el hartazgo y se fueron. Así encontraron el cuerpo del joven el viernes bien temprano, sobre la vieja ruta del Ferrocarril Central Argentino, “Juanjo y la vía” como se conoce ese punto del barrio.
Enfrentamiento por cuestiones familiares argumentan los vecinos, acordando en que para nada se justifica semejante atrocidad. El asesinato de Cristian despertó rabia e indignación entre amigos y allegados que en un principio intentaron manifestar su repudio contra la vivienda de uno de los supuestos autores del crimen, pero rápidamente familiares y amigos intervinieron para que no se entienda a Cristian como un hecho aislado.
Durante la jornada velatoria, el barrio se silenció con el mayor de los respetos. En la entrada, la remera de una compañera rezaba “Petü Mogueleiñ” (Aún estamos, aún vivimos, aún existimos).
En Cristian, el reclamo por todos
En tiempos donde la mediatización del desembarco de Gendarmería en la ciudad parece llevarse todos los aplausos, la violencia como problemática estructural, la situación de emergencia de la juventud, el negocio del narcotráfico, la circulación de armas de fuego y la exclusión en términos integrales como herramienta para legitimar la situación de las zonas periféricas de la ciudad, son los argumentos que rodean el entramado que esconde otra muerte joven.
Hacia ahí apunta la práctica del Centro Cultural del que participa la familia de Cristian hace una década. Entendiendo que sólo habrá posibilidades de desarrollarse humana y culturalmente en el mismo momento que se trabaja para transformar ésta realidad. Es por esto que además de la lucha por justicia y por el esclarecimiento del crimen de Cristian el pedido es colectivo. “Que el de Cristian, no sea un caso aislado, hay problemáticas de fondo para que pasen éstas cosas”, cuentan los pibes de Empalme.