Viernes, 19 Septiembre 2014 02:44

Otra vez la muerte en La Primavera

Escrito por  Fabián Chiaramello
    Otra vez la muerte en La Primavera

    Un joven de la comunidad formoseña fue atropellado por una camioneta. Los qom denuncian un nuevo caso de impunidad y piden justicia. El hecho ocurrió un día después de la visita de la Presidenta a la provincia.

    Otra vez Formosa. Otra vez un qom. Otra vez la comunidad Potae Napocna Navogoh. Otra vez un “accidente” que se carga la vida de un indígena.

     “Venía caminando junto a otros dos jóvenes, luego de un día de pesca, cuando lo atropelló una camioneta arrastrándolo más de 10 metros. El impacto fue abajo del asfalto”, relata el urgente comunicado titulado Otro hermano asesinado. Aldo Javier Camachi tenía 20 años. El joven era sobrino de Oscar Camachi, presidente de la asociación civil La Primavera, nombre con el que se conoce a la comunidad.

    El “accidente”, que la comunidad denuncia como un nuevo asesinato, ocurrió este miércoles, apenas unas horas después de la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la provincia de Formosa. En su paso, la mandataria reafirmó su compromiso y respaldo con el gobernador Gildo Insfrán y halagó sus políticas “inclusivas” y los “avances” alcanzados.

    “Estamos cansados de estos atentados contra nuestros hermanos”, grita el escrito publicado en el blog de la comunidad. Además, exigen que se haga una autopsia del cuerpo. Para visibilizar el hecho y reclamar justicia, los miembros de La Primavera decidieron cortar la Ruta Nacional 86, la misma que fue testigo de la violenta represión el 23 de noviembre de 2010 que se cobró la vida del qom Roberto López.

    La modalidad es conocida: accidentes “dudosos”, denunciados, que nunca avanzan para la Justicia que discrimina a los pobres y a los indígenas. En Formosa, ya son conocidos los casos de Mario López; de Celestina Jara y su nieta, la beba de menos de un año Lila Coyipé; y ahora, Aldo Camachi. Todos con un denominador común: accidentes sospechosos, en los que mueren originarios, silenciados y discriminados por los funcionarios y gobiernos cómplices.

    Semanas atrás, los últimos días de agosto, falleció otro miembro de la comunidad. Elías Jara había sido golpeado en la brutal represión de 2010 y luego encarcelado. Nunca recibió la atención médica necesaria y murió después de un largo tiempo luchando por su vida. Su delito y el de todos los indígenas había sido el de resistir a que les roben sus tierras, para que se termine con la eterna injusticia.

    El silencio sobre todos los atropellos a los derechos humanos y de los Pueblos Originarios es insoportable. Los medios, acompañan o visibilizan sólo cuando responde a algún interés. El gobierno nacional avala el genocidio invisible contra los indígenas con su indiferencia, con su apoyo a gobernadores como Insfrán y con las políticas que son enemigas de la vida comunitaria de los originarios en todo el país.

    La sentencia final del comunicado es más que clara y potente: “¿Cuántas muertes más ocurrirán sin que nadie haga nada?”. La pregunta necesita una respuesta urgente desde hace años y parece que nadie está dispuesto a responder.

    Modificado por última vez en Viernes, 19 Septiembre 2014 03:49
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