Cada vez que giro la cabeza, encuentro un reducto de poblados cargados de historia que me golpean la nuca. Algunos lugares están tan pero tan cerca, que me sorprende descubrirlos recién ahora. Y en ese descubrimiento, mucho tuvieron que ver personas que hoy cargan sobre sus hombros con ocho décadas y un montón de anécdotas e historias. Despacio, sin pisar el acelerador para apreciar el paisaje, el canto de los pájaros y la hermosa brisa veraniega de la mañana, llegué a Mariano Benítez, localidad ubicada en el partido de Pergamino, plagada de diagonales, a la que antes sólo se podía acceder por caminos de tierra y ripio, pero que ahora cuenta un acceso asfaltad
"Mariano Benítez es una localidad ubicada en el partido de Pergamino, plagada de diagonales, a la que antes sólo se podía acceder por caminos de tierra y ripio, pero que ahora cuenta un acceso asfaltado"
Para ser más exacta, y hacerme acreedora del título de GPS humano, dista a 7 kilómetros de la ruta provincial 32 (que va desde Pergamino hasta Rosario) y a 9 kilómetros del Arroyo del Medio (que es el límite natural entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe). No es en sí un poblado grande, ya que no supera los 200 habitantes, pero el aroma a historia está presente en cada espacio, hasta el más recóndito. Es que a unos 5 kilómetros, a orillas del Arroyo Cepeda y del Arroyo del Medio, se libraron las dos batallas de Cepeda: la de 1820 y la de 1859.
A tomarse las cosas con calma
El calor del verano, sus calles bien regadas, el pasto ordenadamente cortado, las copas de los árboles de ambas aceras que intentan tocarse en muchas de sus calles, invitan al paseo tranquilo, a disfrutar de una vieja plaza con los molinetes todavía en sus esquinas. Ese ambiente natural y reservado que posee Mariano Benítez le valió la designación de “El pueblo sin prisa”, nombre que también recibió el proyecto que allí se encarna desde el 2010, destinado a la práctica del turismo campero como una forma de supervivencia y de mostrar la cultura y arquitectura propias de principios del siglo XX.
"Dista a 7 kilómetros de la ruta provincial 32 (que va desde Pergamino hasta Rosario) y a 9 kilómetros del Arroyo del Medio (que es el límite natural entre las provincias de Buenos Aires y Santa Fe)"
Su fecha de fundación se corresponde con el 8 de septiembre de 1908, con la venta por parte de don Miguel Dávila de los primeros solares. Un tiempo antes, el 25 de febrero de 1907, se designó como Mariano Benítez a la estación ubicada en los kilómetros 287/288 del ramal de la Compañía General de Ferrocarriles de la provincia de Buenos Aires. El nombre del lugar recuerda a un primo de Dávila, quien falleció en 1891. Benítez había dedicado grandes esfuerzos a mejorar la estancia “La Ambogena”, adquirida por su padre en las primeras décadas del siglo XIX, convirtiéndose en una de las familias pobladoras más antiguas del partido de Pergamino.
La magia de los pueblos rurales tienta a la gente de la ciudad. Silencio, aire puro, tranquilidad. La vida cada vez más agitada de las metrópolis está dejando sus consecuencias y no son pocos los que intentan salir, aunque sea por unas horas, de la vorágine que impone la actualidad. Mariano Benítez puede considerarse, en ese sentido, como un territorio virgen, donde la modernidad no ha dejado sus huellas. No tiene pavimento, ni cordón cuneta y respeta el mismo trazado pensado entre los años ‘40 y ‘50.
"Ese ambiente natural y reservado que posee Mariano Benítez le valió la designación de “El pueblo sin prisa”, nombre que también recibió el proyecto que allí se encarna desde el 2010, destinado a la práctica del turismo campero"
Los visitantes, en su mayoría citadinos, disfrutan –del mismo modo en que yo pude hacerlo- de su historia en testimonios arquitectónicos invalorables como son la vieja estación de trenes, la escuela, la biblioteca o la iglesia. Cuando el proyecto recién estaba dándose a conocer, uno de sus organizadores expresó con orgullo: “Las calles de nuestro tranquilo pueblo de Mariano Benítez se visten de gala para recibir a un grupo de vecinos que organizan una visita guiada”. Y, además, señaló que “la misma comenzará por los campos donde los ejércitos nacionales se enfrentaron en dos ocasiones en los hechos de armas conocidos como las Batallas de Cepeda”.
“Quizás el propósito de mi viaje por el interior haya sido ver cómo eran los desconocidos de la familia. Esos primos lejanos con los que tenés algún parentesco, porque compartís el apellido o algún bisabuelo, pero que no sabés quiénes son ni les conocés las caras”, expresó en algún momento Caparrós a un medio gráfico porteño. Pero mi viaje tuvo un propósito ciertamente distinto. El interior para mí tiene que ver con bajar los decibeles, ponerse en contacto con lo natural, redescubrir lugares que siempre tuve ante mis ojos y rendirme ante los encantos de la cotidianeidad campera.
"Su fecha de fundación se corresponde con el 8 de septiembre de 1908. Un tiempo antes, el 25 de febrero de 1907, se designó como Mariano Benítez a la estación ubicada en los kilómetros 287/288 del ramal de la Compañía General de Ferrocarriles de la provincia de Buenos Aires"
