“Voces, colores, tonadas, acentos, aromas, formas de ver el mundo. Todo atravesado por el hilo invisible de la música, que une lo que nunca debió separarse.” Este sentido de unidad guiado por la identidad musical como alternativa plural de significar las singularidades culturales de la región es uno de los puntos focales de donde se desprenden las motivaciones de acción de un grupo de músicos comprometidos con su entorno. En un intento por crear lazos de encuentro e intercambio artístico como espacio de resistencia a la concentración mediática y al colonialismo cultural, en el año 2007 surge en la ciudad de Santa Fe la organización Sonamos Latinoamérica. La organización, que cuenta con numerosas sedes, va construyendo a su paso canales de diálogo artístico que abonan nuevas miradas de interpretación y resguardo, de la identidad musical latinoamericana.

En el año 2011 se constituyó Sonamos Latinoamérica -Sede Rosario-, que cuenta con una numerosa cantidad de integrantes que se esfuerzan en la realización de actividades como talleres, clínicas de formación musical y la realización de una peña local que tiene lugar todos los terceros jueves de cada mes. En un intento de ampliar la convocatoria, apareció la posibilidad de organizar un festival de invierno como una apuesta complementaria al trabajo habitual. Darién Gómez, integrante de Sonamos Latinoamérica Rosario, expresó en relación al trabajo previo a la realización del Festival: “A nuestras peñas mensuales, quisimos encontrar una propuesta donde podamos  a ir más para afuera. A partir de eso, surgió la posibilidad de hacer un festival de invierno y ver qué pasa y si gusta la idea, y bueno, salió. Conseguimos fecha para el galpón de la música. Y empezamos a movernos para hacer el festival el viernes.” Agregó en relación a la propuesta artística “Tenemos el trío de  Eduardo Spinazzi, Marcelo Stenta y Juancho Perone. Básicamente todo instrumental. Va a ser de guitarra, piano y percusión. Basado en el folklore argentino, basado en otras cosas, otras versiones. Después Carlo Seminara con la Barricada del Ritmo que son tremendos músicos. Carlo trabaja fundamentalmente percusión, los tambores afrolatinos. Los estilos bien latinoamericano, junto con lo urbano también. Y Ralocuna es más de peña, más zamba chacarera, más bailable.”

El viernes pasadas las 21hs  comenzaron a poblar tímidamente el Galpón de la Música los primeros espectadores. Para la hora que comenzó la presentación del Trío Spinassi-Stenta-Perone, las localidades estaban todas ocupadas. Con Eduardo Spinassi al piano, Marcelo Stenta en guitarras y Juancho Perone en percusión, el trío fue transitando un amplio repertorio de temas inéditos, clásicos de nuestra música folklórica y composiciones propias. A ritmo de zambas, chacareras, huaynos,  propios de exponentes folklóricos ineludibles de nuestra cultura musical, como  el Cuchu Leguizamón, Raúl Carnota, Tucho Spinassi, el escenario se fue alimentando de talento, calidez y complicidad artística. La aparición de Myrian Cubelos como invitada vocal para la interpretación de Mariano el abanderado de Chacho Muller fue uno de los momentos más valorados de la noche. Con la sutileza en la interpretación, el humor en intercambio con el público y la excelencia artística el trío fue cerrando su presentación dando lugar a una segunda formación con una impronta más experimental.

Carlo Seminara y la Barricada del Ritmo integrada por Julián Venegas, voz, guitarras, Mariano Sayago, bajo, contrabajo, Alejandro Bluhn, piano, teclados, acordeón, tienen sus primeras apariciones a mediados del año 2010.Con el paso de los años y los proyectos musicales , el grupo va modificando formaciones hasta alcanzar este formato actual donde bajo el liderazgo de Carlo Seminara en una búsqueda constante entre lo tradicional y lo urbano se va construyendo un sonido sólido de permanente experimentación. Así fueron pasando por el escenario ritmos populares latinoamericanos enfocados desde la preeminencia de la percusión en un diálogo constante entre costumbre y modernidad. Cumbia, Maracatú, Chamamé, Zamba, Chacarera, Baguala, Candombe, Músicas Yoruba, Bantú y Arará, de pueblos originarios, Garífunas, Landó, Festejo, Capoeira, entre tantas, en un Intercambio reciproco de carácter ritmo, como búsqueda  constante de resguardo de las raíces musicales latinoamericanas desde entornos estéticos innovadores.

 

Chacareras y zambas poblaron el cierre de la noche. El grupo folklórico Ralukuna con claro estilo santiagueño invitó a abandonar la quietud de los asientos para constituir el espacio en una gran salón peñero. El conjunto oriundo de la ciudad de Alvear, lleva más de diez años recreando musicalmente ese mágico paisaje campesino del sur de Santiago del Estero en distintos escenarios de la provincia.  
Los integrantes de las tres formaciones que se presentaron en el Festival de invierno, manifestaron en distintos momentos de la noche la necesidad de apoyar y abonar este tipo de encuentros autogestivos, como estrategia de resguardo del acervo cultural de la región. En esa lógica la agrupación Sonamos Latinoamérica direcciona todas sus actividades. Lo recaudado durante el año tiene la finalidad de financiar el Festival anual que se desarrolla durante el mes de octubre en forma simultánea con las distintas sedes. Este año la fecha prevista es para el veintisiete y veintiocho de octubre. Sonamos Latinoamérica – Sede Rosario, se encuentra en pleno proceso de organización del festival, lo cual requiere una ardua tarea de coordinación con las demás sedes.

La concreción del Festival permite visualizar la importancia de la música y el arte en general desde una concepción ampliada en la construcción identitaria de una  región tan rica en continuidades y contrastes. Darién Gómez, recalcaba la importancia de la música no solo en su aspecto recreativo sino como espacio cultural propio. “Yo creo que entendiendo la música, como la danza u otras manifestaciones artísticas, empezamos a comprender ciertas características de nuestra identidad. La cultura hace al hombre y el hombre hace a la cultura. Partiendo desde ahí podemos interpretarnos mejor y entender que es más lo que nos une que lo que nos separa. Y la idea del Sonamos es esa, abrir  esos lazos, correr esa barrera.”

Se trata entonces de redoblar esfuerzos por enredar en el centro mismo cultura de las ciudades, creando lazos y articulando esfuerzos artísticos que identifican la simbología a los pueblos latinoamericanos, aun cuando las fuerzas implacables del mercado crean contenidos hegemónicos en su afán centralizador y luchan por desplazar lo diverso en forma unilateral hacia la periferia.