Los hechos se desataron el domingo 6 de marzo alrededor de las 15 horas. Un menor de edad estaba sentado en la puerta de la casa de su tía cuando dos agentes de la Policía de Acción Táctica (PAT) le pidieron su identificación, el joven respondió la orden y comenzaron las agresiones. Frente la intención de los agentes de retenerlo, el muchacho se escapó y entonces se desplegó un operativo al que se sumaron el Comando Radioeléctrico y la Policía Comunitaria.
En ese marco, ingresaron a la vivienda donde los vecinos intentaron evitar la detención del joven. La Policía alegaba que el chico estaba implicado en un robo el día anterior, cuando en realidad había estado en el Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (IRAR) hasta las 11 de la mañana de ese mismo domingo. A pesar de que sus familiares mostraron la certificación pertinente, los agentes ignoraron la decisión judicial de liberarlo.
En sus declaraciones, las víctimas mencionaron desde patadas hasta la agresión de un familiar del joven con 13 perdigonazos en el cuerpo. Además, bajo la orden del Comando Radioeléctrico de despejar la calle, la Policía hirió a dos militantes de organizaciones sociales. Luego, cuatro personas fueron trasladadas a la Comisaría 12, donde el hostigamiento no cesó: hubo insultos, agresiones, golpes y escupitajos, entre otros.
Finalmente, la liberación de los detenidos se dio casi cinco horas después de la orden de libertad por parte de la defensora de turno, Eleonora Verón, mientras que el menor fue alojado bajo resguardo en el IRAR.
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