Martes, 29 Julio 2014 10:10

El Indec: de un organismo técnico a una agencia de publicidad

Escrito por  Juan Campos
El Indec: de un organismo técnico a una agencia de publicidad

Desde su intervención, allá por el año 2007, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos comenzó a ser blanco de reclamos y denuncias de quienes resaltaban que los resultados expuestos por el organismo no coincidían con lo que la realidad muestra en la vida cotidiana.

Es claro que desde los balances y las estadísticas se puede  dibujar ciertas cifras no comprobables directamente por el ciudadano, pero cuando lo que se trata de disimular es aquello con lo que se lucha a diario, como la inflación, la ecuación es distinta.
Quienes se animaron a hablar y a desnudar algunas de las jugadas internas del organismo fueron los mismos trabajadores que lanzaron un libro titulado “No somos cómplices de la mentira”, en el cual, entre otras cosas, se vislumbran cómo funciona, desde la aparición de Guillermo Moreno en los pasillos del INDEC, el instituto de medición y recolección de datos más importante de Argentina.
No hace falta ser experto en la materia para reconocer que los precios de la góndola – escenario clásico y directo de la economía – no coinciden con los balances que desde el INDEC se anuncian. Justamente fue el indicador de ‘índices de precios’ el primero que se intentó manipular y a partir de allí se inició toda una operación donde de lo que se trata es de acomodar los resultados para  alivianar el impacto de los saldos negativos ante una realidad evidente.

Cuando las cuentas no cierran

Fue en febrero de 2007 cuando se publicó el primer número de inflación “retocado”. En términos concretos, lo que expone es el índice de precios al consumidor que estudia las variaciones de un mes a otro. El problema inicial, que después pasa a ser prácticamente incontrolable, es que todos los números que expone el INDEC están vinculados entre sí, por lo tanto, comienza un proceso de metástasis donde cada nueva medición se genera a partir de resultados erróneos que arrojan nuevos porcentajes incorrectos.
Del escenario mencionado surgen, inevitablemente, nuevas aristas que aportan mayor complejidad a la situación. En primer lugar el descreimiento hacia los resultados que arroja un organismo oficial trae bajo el brazo sospechas acerca  de los motivos de la manipulación.
Los más perjudicados directamente son sin duda los sectores más castigados por la realidad social, ya que de alguna manera se los ‘borra’ de los gráficos de medición porque se establecen nuevas categorías y se bajan las líneas de valores mínimos para que más personas superen de manera ficticia la franja de pobreza. Por ejemplo, existen 18.025.553 beneficiarios en 60 programas de subsidios y planes sociales, según consigna la fundación Libertad y Progreso y ninguno de ellos figura como desempleado de ahí se entiende por qué el INDEC consigna que el nivel de desempleo en Resistencia es del 0,4%. ‘No existe la indigencia en la Argentina’, llegó a decir alguna vez Moreno.

Al mismo tiempo, dichas irregularidades generan lo que se conoce como la ‘expectativa inflacionaria’. Al no existir números reales, desde determinados sectores, se puede jugar con los porcentajes que envuelven a la inflación real. Y por último, pero no por eso menos grave, esta pérdida de la credibilidad y veracidad del INDEC alienta al surgimiento de las consultoras privadas que, según sus propios intereses y sus propios mecanismos de medición, pasan a ser la voz oficial de una realidad que no aparece reflejada en los datos oficiales.

No solo la pobreza se invisibiliza

No solo se han “tocado” índices relacionados con la inflación o la pobreza, sino que todo parece lícitamente modificable para que se parezca más al relato esperado que a la misma realidad.
Algunas contradicciones en números vienen por parte del mismo INDEC como cuando asegura que aumentó el número de empleados en sectores industriales en los que reconoce una baja de producción.
En lo que respecta a alimentos y bebidas explica que la fabricación cayó un 0.6% en el primer trimestre de 2014 (en comparación con el mismo periodo de 2013) pero la búsqueda de personal subió de 28,7% en el primer trimestre de 2013 a 36,5% en los mismos meses de este año. Algo similar se ve en el consumo de electricidad, agua y gas donde el aumento fue del 0.8% pero la búsqueda de personal escaló 11.5 puntos en comparación al 2013, llegando a un 44.3%. El informe oficial agrega que en las empresas de comercio hicieron una búsqueda de personal que subió de 38.5% de hace un año al 44.3%, más allá que las ventas muestren números en rojo del 3,8% en enero, 6,5% en febrero y 7,2% en marzo.
Tal vez uno de los signos de interrogación más grandes se nota en los 9.024 millones de dólares que anotó el INDEC - mediante el informe Intercambio Comercial Argentino (ICA) - como superávit de exportaciones realizadas en 2013 (a partir de un costo de importación de U$S 74.002 y una exportación de U$S 83.026), que no coinciden con el resultado que expuso el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), que aclara que el superávit fue de U$S 1745, producto de un costo de importación de U$S 73.505 y una exportación de U$S 75.250
En lo que refiere a los números del campo la cosa no ha sido muy distinta. Los datos definitivos del censo agropecuario realizado 2008 todavía son una incógnita. Dicho censo se llevó adelante con el mismo cuestionario que el del año 2002 (fecha del anterior) sin advertir que el panorama actual es absolutamente distinto. Además, si se piensa a ‘el campo’ como universo de estudio, es necesario reconocer que es un conglomerado de matices que se modifica constantemente y más entendiendo su rol en la última década.
Por ejemplo, para enumerar algunos errores groseros: el Instituto Nacional del Tecnología Agropecuaria (INTA) no fue consultado como tampoco lo fue la Secretaría de Agricultura; sumado a que el sur argentino fue recorrido en julio, donde la nieve y el tiempo impiden directamente que el trabajo arroje resultados veraces o constatables.  
En un panorama que muestra una clara tendencia a la concentración de tierras en pocas manos, donde disminuye considerablemente el número de productores y  luego de una  época de plena ebullición económica gracias al aporte del suelo, es crucial para cualquier análisis real acerca del crecimiento (o no) de Argentina, la aparición de un informe confiable en materia agraria.
Esto último hoy parece imposible. Los balances del 2008 aún no aparecen y en la página oficial se anuncia que solo se muestran resultados preliminares porque los definitivos están en ‘proceso’. En definitiva los únicos datos concretos que existen hasta la fecha constan de 12 años de atraso.  Son los del censo agropecuario de 2002.

Los que celebran

Como en cada contraposición de intereses, siempre aparecen ganadores y perdedores. Si bien la clase obrera y los sectores socialmente más castigados son los más vulnerables en los números dibujados, también aparecen los ganadores: las consultoras privadas.
El universo de lo privado nace como alternativa lógica cuando las células oficiales y públicas pierden terreno en materia de veracidad, es por eso que los últimos índices de inflación, pobreza, indigencia, costos de vida y demás números, aparecen en las noticias de los medios con firmas distintas a la del INDEC para contrarrestar los resultados que pronuncia el organismo.
Hace algunos meses, más precisamente el 14 de febrero, desde el instituto se anunció una actualización en balances inflacionarios en la recordada conferencia de Capitanich donde justificó los nuevos números – que quintuplicaban los porcentajes anteriores - como resultado de .
Sin embargo, las nuevas estadísticas lejos están de asemejarse a lo que exponen las consultoras en una lucha directa por ‘mostrar la verdad’. Cabe destacar que existen aún, en casos puntuales, institutos de medición que no han sido alterados como es el caso de San Luis y la recuperación del de Mendoza, pero no pueden ser tomados como parámetro nacional ya que manejan variables distintas a las que existen en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Detrás de la pantalla

“(Desde la intervención) Lo que cambió fundamentalmente es que se dejó de ser un organismo técnico para ser una agencia de publicidad, más cercana a la difusión de buenas noticias que quería dar el gobierno que un instituto de estadísticas. Con ello se desplazó a cientos de compañeros, para traer a personas cercanas a la intervención, a La Cámpora y a las agrupaciones peronistas que hoy están en el seno del gobierno nacional”, explicaba semanas atrás a la Cooperativa de Comunicación La Brújula en una entrevista donde se denunciaron las irregularidades del organismo Raúl Llaneza, quien junto a Fabio Peñalva y Carmen Pajón, anunciaron el lanzamiento del libro ‘No somos cómplices de la mentira’.
Mentira que para instalarse se valió principalmente de la precarización laboral que sufren los trabajadores del INDEC y con todo lo que implica la intervención al organismo, que no solo afecta con la falta de balances ciertos, sino que atenta contra la integridad física de los integrantes del cuerpo de trabajo donde aparecieron conflictos internos, violencia explícita, problemas de salud y hasta la muerte de una las miembros.
En la edición, a partir de distintos documentos y testimonios de la Junta Interna, la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, la Justicia y demás, los trabajadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, denuncian explícitamente el mal manejo de las estadísticas nacionales y reclaman la salida inmediata de los interventores.
Aunque aclaran que la necesidad es la de recuperar el instituto y recuperar los números para poder pensar una Argentina diferente, donde el diagnostico no sea el que prefiere el médico sino… el que el enfermo necesita para curarse.
El material puede descargarse desde el Sitio Oficial - http://www.ateindec.org.ar/

 

2014-07-24- Parar Para Pensar- Ate-Indec by La Brújula De La Mañana on Mixcloud

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