En el ambiente académico de la medicina, Andrés Carrasco, es una personalidad más que conocida, pero llegó a tener un reconocimiento mayor a partir del 2009 cuando comenzó a hacer estudios sobre el herbicida glifosato.
En sus investigaciones, dio a conocer la nocividad de aquel producto tan usado en nuestro país en el sector agrario, el cual afecta directamente a los embriones. Más allá de sospechas acerca de la toxicidad del glifosato y estudios que ya lo avalaban, lo que logró Carrasco fue confirmar y hacer trascender lo dañino de este producto para la vida de los animales y los seres humanos.
Carrasco denuncia en su contra una persecución ideológica llevada adelante por Barañao y Salvarezza, personalidades allegadas al gobierno nacional. Ejemplifica parte de su persecución con lo ocurrido en diciembre pasado, cuando el COINICET le negó su promoción de Investigador Superior, más alto escalafón dentro del mundo científico en Argentina.
Después de 35 años de carrera científica le fue rechazado el cargo de manera injusta con un tribunal poco idóneo y sin contemplar investigaciones realizadas como la del glifosato. Su más interesante denuncia tiene que ver con la pregunta: “¿Ciencia para quién y para qué?”

Escuchá completa la columna de Dario Aranda en La Brújula de la mañana:

 

2014-04-104 / Columna / Darío Aranda by La Brújula De La Mañana on Mixcloud