Para contextualizar el escenario, según el informe del observatorio de derecho social con información proveniente del SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) este año se registró una pérdida de 59.840 empleos formales en mayo contra igual mes del año pasado, y ese número de amplía a 128.294 trabajadores con relación al mes de noviembre del año 2015. Esta caída, en términos absolutos, es la mayor para este período desde la crisis de fines del año 2008 y principios de 2009.
La mayor parte de esta caída se explica por la por la fuerte retracción en el sector de la construcción y en la industria manufacturera. Sólo estos dos sectores representan el 63% de la caída entre noviembre de 2015 y mayo de 2016 y casi el 90% en el mes de mayo. Según el informe oficial, en el quinto mes del año se contabilizaron 6,1 millones de asalariados formales, contra casi 6,2 millones de empleos formales relevados en mayo de 2015.
A su vez, la industria fue otro de los sectores duramente afectados con 26.832 trabajadores menos que un año atrás. Esta actividad, junto a la fabril, sufrió grandes contracciones con la apertura de importaciones y la llegada de productos de países como China y Brasil, entre otros.
Sube la inflación, bajan los salarios.
Los datos publicados por el Ministerio de Trabajo también dan cuenta de una caída del salario real del 9,6% promedio para los trabajadores registrados entre noviembre de 2015 y mayo 2016. En este caso se trata de la mayor caída porcentual para este período, desde el año 2002, y provoca que el salario real se encuentre en los niveles más bajos desde el año 2010.
Según el informe del Observatorio de Datos Económicos y Sociales, perteneciente a la CGT que conduce Moyano, la inflación en julio fue del 3,1% y en llegó al 45,86% anual. Dato similar registró la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) que registró en junio un incremento de 2,7% mensual y de 46% interanual. Contemplado por el aumento del costo de vida, principalmente de los precios de alimentos y bebidas (29.4%), vivienda y sus servicios (19%) y transporte y comunicaciones (17%), aportando 65.4% del total de la inflación entre junio de 2015 y mismo mes de 2016.
Sólo algunos gremios lograron acuerdos paritarios por encima del 35% (Bancarios, Aceiteros, etc), mientras que el ministro de economía de la nación, Alfonso Prat-Gay, impulsaba un tope del 25% asociado a la proyección de la inflación para todo el 2016. De este modo, varios gremios salieron a pedir la reapertura de paritarias a partir de agosto porque entienden que el salario quedó retrasado con respecto a la inflación, situación que queda evidenciada al repasar los últimos indicadores.
Menos trabajo, más precarización
Según el Informe del Barómetro de la Deuda Social de la UCA, más de la mitad de los trabajadores en condiciones de trabajar (57%) está afectado por distintos niveles de precariedad laboral o directamente por el desempleo. Esto se ve principalmente asociado por condiciones sociales, ya que según el estudio, los trabajadores residentes en hogares cuyo jefe pertenece al estrato trabajador marginal y que residen en villas y asentamientos precarios presentan posibilidades bajas de acceder a un empleo pleno de derechos.
Las mujeres, los jóvenes y adultos mayores, son los sectores más afectados. Los jóvenes poseen un 20% menos de posibilidades de insertarse en un empleo pleno de derechos, brecha que se reduce a 10% si se considera el empleo precario, a diferencia de lo que ocurre con el subempleo inestable.
Santa Fe no está ajena
Desde el gobierno de la provincia de Santa Fe se mostraron muy preocupados con la actividad de la economía. El ministro de Producción, Luis Contigiani, advirtió que si no cambian las condiciones económicas el desempleo a nivel nacional podría ubicarse en el 10% a fin de año.
Según datos del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, en el primer semestre de 2016, 80 empresas y 9 mil trabajadores están sufriendo de forma directa la crisis de la actividad industrial.
Entre los motivos se destacan la caída del mercado interno, la crisis de las empresas por falta de demanda, aumento de costos y competencia de las importaciones, así como la reducción del poder adquisitivo del salario.
"En este contexto de una receta monetarista clásica que estamos enfrentando como estrategia económica, vemos estos resultados; los primeros sectores afectados por este tipo de políticas son los industriales, el mercado interno y el comercio minorista", expresó el titular de la cartera de producción.
La cura que enferma
Este nuevo escenario se da en un momento en que por lo bajo ya se está empezando a discutir una nueva legislación laboral. Grupos concentrados, que tienen voz en las editoriales del diario La Nación, empujan la desregulación y flexibilización laboral y comienzan a marcarle el terreno al gobierno nacional. Ante la falta de dólares e inversión, la culpa se traslada a los trabajadores.