Las mujeres en Argentina sufren diariamente la discriminación en todos los espacios de la vida, en el trabajo, en las instituciones, en sus hogares. Un hecho que no deja de hacer mella en la forma en que se expresa esta marginación es en la ciudadanía de segunda mano que tienen reservadas las mujeres en el ámbito laboral.
El trabajo es la actividad que produce la riqueza. El lugar que ocupa la mujer en un proceso tan importante para una sociedad será un reflejo de la situación que atraviesa.
La casa -las tareas del hogar y el cuidado de los hijos- es el lugar que se impone a las mujeres en la comunidad. Y si la mujer tiene trabajo, este suele ser una extensión de las tareas hogareñas de cuidado, atención, organización e incluso puede ser la tarea doméstica pero en casa ajena.
Las cifras del trabajo femenino
Según un informe de IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), basado en datos proporcionados por el INDEC, la mitad de las mujeres jóvenes en Argentina no cuenta con un empleo con el objetivo de poder dedicarse al cuidado de sus hogares.
Dentro del grupo etario hombres y mujeres de entre 15 y 29 años, el 30% del total no cuenta con un trabajo debido a que realiza labores domésticas. Sólo el 4% de los hombres no trabaja por esta razón, para las mujeres la cifra es más representativa, ya que el 47% no están empleadas a causa de cumplir ese rol en su casa.
Entre las personas con más de 30 años de edad, la tasa de participación laboral es del 92% para varones y apenas del 63% para las mujeres. Esto conlleva que se puedan producir situaciones de dependencia de las mujeres por razones económicas. El panorama se complejiza para este año, ya que desde el 2011 la cantidad de mujeres jóvenes que trabajan se vio mermada. Son un total de 200.000 mujeres que pasaron a formar parte del ejército de desempleadas. En otros términos 1 de cada 3 mujeres no trabaja. Esta realidad se potencia cuando hablamos de mujeres pobres, ahí el valor es de 2 cada 3.
Marcando el carácter clasista de la distribución del trabajo, en los hogares que corresponden al 10% de mayores niveles de ingresos, la tasa de empleo femenino llega al 86% de las mujeres en edad de trabajar. Cuando vamos a los hogares del 30% de menores niveles de ingresos, la tasa de empleo femenino baja al 34% de las mujeres en edad de trabajar.
Los puestos de trabajo
El lugar de trabajo es uno de los espacios en donde se generaliza la discriminación hacia las mujeres, hecho que se marca en los puestos que ocupan en relación con los hombres; suelen ser casi la totalidad de las empleadas domésticas, una parte mayoritaria de la enseñanza en niveles primarios y secundarios y quienes se encargan de cuidar niños y ancianos.
Si la mujer ocupa la misma tarea que un hombre, no sufre discriminación en relación a su puesto, pero si la vivencia a través de otras formas, como puede ser no estar efectiva o en blanco, o cobrar menos que su par hombre.
Brecha salarial
La brecha salarial entre varones y mujeres en Argentina es de 27,2% una de las más altas en América Latina. Una de las principales razones para dar cuenta de esta diferencia es que en promedio las mujeres trabajan menos horas. Este segundo hecho se debe a que acceden justamente a trabajos que implican una carga horaria menor, por ejemplo, los relacionados a trabajos domésticos.
Las mujeres en Argentina sufren diariamente la discriminación en todos los espacios de la vida, en el trabajo, en las instituciones, en sus hogares. Un hecho que no deja de hacer mella en la forma en que se expresa esta marginación es en la ciudadanía de segunda mano que tienen reservadas las mujeres en el ámbito laboral.
El trabajo es la actividad que produce la riqueza. El lugar que ocupa la mujer en un proceso tan importante para una sociedad será un reflejo de la situación que atraviesa.
La casa -las tareas del hogar y el cuidado de los hijos- es el lugar que se impone a las mujeres en la comunidad. Y si la mujer tiene trabajo, este suele ser una extensión de las tareas hogareñas de cuidado, atención, organización e incluso puede ser la tarea doméstica pero en casa ajena.
Las cifras del trabajo femenino
Según un informe de IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), basado en datos proporcionados por el INDEC, la mitad de las mujeres jóvenes en Argentina no cuenta con un empleo con el objetivo de poder dedicarse al cuidado de sus hogares.
Dentro del grupo etario hombres y mujeres de entre 15 y 29 años, el 30% del total no cuenta con un trabajo debido a que realiza labores domésticas. Sólo el 4% de los hombres no trabaja por esta razón, para las mujeres la cifra es más representativa, ya que el 47% no están empleadas a causa de cumplir ese rol en su casa.
Entre las personas con más de 30 años de edad, la tasa de participación laboral es del 92% para varones y apenas del 63% para las mujeres. Esto conlleva que se puedan producir situaciones de dependencia de las mujeres por razones económicas. El panorama se complejiza para este año, ya que desde el 2011 la cantidad de mujeres jóvenes que trabajan se vio mermada. Son un total de 200.000 mujeres que pasaron a formar parte del ejército de desempleadas. En otros términos 1 de cada 3 mujeres no trabaja. Esta realidad se potencia cuando hablamos de mujeres pobres, ahí el valor es de 2 cada 3.
Marcando el carácter clasista de la distribución del trabajo, en los hogares que corresponden al 10% de mayores niveles de ingresos, la tasa de empleo femenino llega al 86% de las mujeres en edad de trabajar. Cuando vamos a los hogares del 30% de menores niveles de ingresos, la tasa de empleo femenino baja al 34% de las mujeres en edad de trabajar.
Los puestos de trabajo
El lugar de trabajo es uno de los espacios en donde se generaliza la discriminación hacia las mujeres, hecho que se marca en los puestos que ocupan en relación con los hombres; suelen ser casi la totalidad de las empleadas domésticas, una parte mayoritaria de la enseñanza en niveles primarios y secundarios y quienes se encargan de cuidar niños y ancianos.
Si la mujer ocupa la misma tarea que un hombre, no sufre discriminación en relación a su puesto, pero si la vivencia a través de otras formas, como puede ser no estar efectiva o en blanco, o cobrar menos que su par hombre.
Brecha salarial
La brecha salarial entre varones y mujeres en Argentina es de 27,2% una de las más altas en Nuestra América. Una de las principales razones para dar cuenta de esta diferencia es que en promedio las mujeres trabajan menos horas. Este segundo hecho se debe a que acceden justamente a trabajos que implican una carga horaria menor, por ejemplo, los relacionados a trabajos domésticos.