Jueves, 15 Mayo 2014 13:56

Empleado municipal denuncia abusos de Gendarmería

Escrito por  La Brújula
    La Capital

    Tras el enorme desembarco de las fuerzas de seguridad en los distintos ‘sectores conflictivos de la ciudad’ comenzaron a aparecer denuncias y quejas por el abuso de poder que oprime gendarmería sobre los jóvenes en los barrios. Uno de los tantos casos es el de Ariel, trabajador municipal y profesor de artes visuales, que pintaba un mural con un grupo de chicos hasta que los oficiales empezaron a requisarlos a punta de pistola. “La situación es violenta, los chicos denuncian que si los ven dos veces en la calle les pegan. Es sencillo el asunto, pero solo sucede en los barrios, en el centro no”, señaló.

     

    Desde la llegada de gendarmería a la ciudad y su espectacular megaoperativo, los títulos de los grandes medios destacan el fenomenal despliegue y enumeran los allanamientos. Sin embargo, a la hora de exponer el maltrato y el abuso de poder por parte de los oficiales, las noticias caracterizan estos episodios como ‘aisladas excepciones’.
    Para desmentir esta perspectiva, La Brújula de la Mañana conversó con Ariel – miembro de la Dirección de juventud de la Municipalidad de Rosario, que depende de la Secretaría de Promoción Social – quien lleva adelante, todos los miércoles, en el Centro de Salud del barrio El Mangrullo -con un grupo de entre 10 y 20 jóvenes, que tienen entre 15 y 20 año – diferentes actividades barriales.

    “Es una tarea que ayuda a aquellos que están sin trabajo y a la vez, sin posibilidad de conseguir empleo, que son problemáticas que padecen los jóvenes de los barrios pobres”, comienzó explicando Ariel, que más tarde agregó: “Yo soy profesor de artes visuales y de los chicos salió una inquietud que consistía en pintar un mural porque uno de ellos en el verano tuvo un accidente en una moto y falleció”.

    Frente a esto, el docente aclaró que la idea era retratar la cara del pibe ‘pero en una obra feliz’ y que por ello, a los chicos ‘se les ocurrió pintarse junto al joven fallecido’.
    “Estábamos el miércoles pasado – 7 de mayo – alrededor de las 11 de la mañana empezamos a blanquear una pared del Centro de Salud y llegaron tres gendarmes, nos pusieron a todos contra la pared. Requisaron a todos los chicos, también a mí y, ante esto, me presenté como la persona que estaba a cargo del grupo”, continuó.
    Seguido de esto, el gendarme en cuestión contestó que ‘no le importaba’ porque él ‘estaba haciendo su trabajo’. Ariel, por su parte le objetó que ‘también estaba haciendo el suyo con sus compañeros del Centro de la Juventud’.

    “Terminamos todos contra la pared apuntados con el arma a las 12 del mediodía”, completó.
    Acerca de cómo se procedió con la ‘tarea de rutina’, el entrevistado detalló: “A uno de los chicos le encontraron un cigarrillo de marihuana en el bolsillo y le dieron un culatazo con el FAL – un pibe de 16 años – además recibió un par de piñas en las costillas y, rápidamente, todos los vecinos salieron de sus casas conjuntamente con los trabajadores sociales”.

    “La gente solo miraba y una de las madres de dos de los chicos que estaban ahí – que a la vez es hermana de otro de los jóvenes – se acercó con los documentos y les dijo a los gendarmes que ‘está bien que ellos estuviesen ahí, pero que deberían encargarse de perseguir a los narcotraficantes y no a los pibes que fuman un porro’. El uniformado respondió que ‘el que tenía el porro le iba a cantar dónde estaban los narcos en el barrio’”, añadió.

    Además, recordó, “En un momento el pibe le explica que era para consumo personal, que no era traficante ‘es mi marihuana, me la fumo yo’ y el gendarme retruca ‘esto es tenencia de estupefacientes, es un delito y te tenés que ir con nosotros’”.

    Finalmente, Ariel comentó: “Se lo quisieron llevar detenido pero el pibe, muy astutamente, pudo zafar porque había mucha gente afuera mirando la situación. Un gendarme nos miró y afirmó que éramos ‘todos testigos’ y que si el chico corría lo iba a ‘atrapar y llevar detenido’; pero el oficial a cargo le ordenó ‘que lo deje ir’”.

    No aflojar

    A pesar del pésimo momento, Ariel aseguró que siguen trabajando en el lugar y que gendarmería aparece constantemente, ‘todo el tiempo’.
    Días más tarde, les comunicó a sus superiores lo vivido y los mismos le explicaron que si bien avisaron a los gendarmes que desde el Centro estaban con actividades en aquel lugar, éstos respondieron que ‘no podían asegurar que eso no iba a volver a suceder’.

    “No había pasado nunca que gendarmería se interpusiera dentro de una intervención estatal de otro rango. La contestación que me dieron es que ‘a partir de ahora se van a avisar todas las actividades que hacemos con jóvenes para que la gendarmería no intervenga, pero no podían prometer que no actuasen de la misma manera’”, indicó Ariel dejando en evidencia cómo desarrollan sus actividades los oficiales que patrullan el barrio.

    No fueron las pastillas fueron los hombres de verde

    Lejos de darle la razón a Berni y sus declaraciones, quien afirmó que los episodios de abuso de poder son ‘excepciones aisladas’, Ariel destacó: “Lo que denuncian los jóvenes es el maltrato. Uno de los pibes confesó que a la hermana, cuando volvía de trabajar, un gendarme mujer la requisó íntegra y como llevaba un rodete que no era del agrado del agente, ésta le pegó una cachetada pidiendo que se suelte el pelo”.

    “La situación es violenta, los chicos denuncian que la gendarmería pasa, si los ve en la calle los manda a la casa, y si los vuelve a ver les pega. Es sencillo el asunto, pero solo sucede en los barrios, en el centro no”, apuntó.
    Para cerrar, enfatizó en el papel que cumplen los informativos de Rosario y resaltó: “Los medios cumplen su rol en esta realidad, me refiero a los medios masivos de comunicación como la prensa escrita y las grandes radios rosarinas; ni hablemos de la televisión que directamente no hace ninguna referencia a esto”.

    “No son casos aislados, esto es sistemático y por lo que tengo entendido – por parte de otros compañeros docentes y municipales que trabajan en otros barrios – es constante el asedio a los jóvenes. Si sos joven, pobre y tenés entre 15 y 25 años estás en la mira, es estigmatizante. Desde nuestro trabajo habíamos logrado que los pibes transiten libremente por el barrio, que se junten en una esquina y hablen entre ellos, que propongan ideas, que hagan cosas juntos y considero que este escenario repliega todo estas conquistas conseguida a lo largo de los años”, concretó.

    2014-05-15│Trabajadores Municipales denuncian represión│Ariel-Empleado Municipal by La Brújula De La Mañana on Mixcloud

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