Lunes, 21 Octubre 2013 18:19

Lo que cuesta (ganarse) el pan

Escrito por  Lucas Paulinovich
    Lo que cuesta (ganarse) el pan

    La cosecha de trigo se envuelve en un marco de dudas por las condiciones climáticas; el trigo alcanza valores exorbitantes, la harina se vuelve cara y finalmente, el pan de consumo masivo no para de subir. Los resultados de la concentración y el desaliento.

    El Certificado de Estímulo para la Producción Triguera, de fervoroso nombre y entusiastas promesas, finalmente no funcionó. Aquella herramienta, anunciada a principios de la campaña, que establecía un fondo que recibiría el pago de los exportadores por los derechos de exportación, y de dónde los productores cobraría su porcentaje de retenciones, no fue suficiente para corregir un cultivo que viene siendo sistemáticamente azotado en sus ramas primarias y empujado hacia la concentración. La producción triguera, en una u otra de sus instancias, continúa siendo un problema. Este año la producción se ampliará 17% interanualmente, sin embargo, no se trata de un renacer insospechado: la última cosecha, que contabilizó alrededor de 8,8 millones de toneladas, fue, de acuerdo al informe presentado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la segunda más bajas en los últimos 13 años.  

    El aumento productivo no es suficiente para cubrir las necesidades que se derivan del trigo. La falta de certezas de la política agraria nacional y las variaciones del precio internacional combinan un contexto de especulaciones. Los problemas climáticos afectaron la producción en Brasil y China, que debieron salir a comprar al exterior: ese impulso en la demanda arrastró los precios internacionales del trigo. “El mercado estadounidense aparece como la mejor opción cuando las condiciones meteorológicas en Argentina, un importante productor y exportador del cereal, son poco favorables, y hay incluso una amenaza de helada”, afirman en el portal http://www.swissinfo.ch.
    En el plano local, la especulación infló el precio hasta alcanzar los 655 dólares por tonelada en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), una cifra que supera a la de por sí muy valuada soja. El trigo argentino, en efecto, duplica los precios internacionales. Por supuesto, también aumentó el pan en las panaderías.

    El suntuario lujo de comer pan
    “Otra vez fracasaron las lluvias en la región”, dice la Bolsa de Comercio de Rosario a través de la Guía Estratégica para el Agro (Gea), publicación semanal que describe el panorama del sector. Señala, en esas páginas, que en el sur y centro de Santa Fe, el sudeste de Córdoba y norte y oeste de Buenos Aires, la existencia de la sequía es un factor clave en la complicación del cultivo: de seguir la crisis hídrica, el tardía trigo no será consuelo que llegue a aliviar los precios hacia fin de año. Las 3,8 millones de hectáreas sembradas constituyen, entonces, un problema, aun cuando representen entre 10% y 15% más que la campaña anterior.
    Decir malas proyecciones es lo mismo que decir especulación inmediata: en las últimas semanas, los panificados y las pastas, cuyo insumo básico es el trigo, aumentaron alrededor del 15%, cuando hacía más de tres meses que no se realizaban variaciones de importancia.  

    En la Bolsa de Comercio de Rosario son algo más alentadoras sus esperanzas y esas recaen, todas, sobre el sur bonaerense, zona núcleo triguera: “la región núcleo triguera por excelencia (sur bonaerense) y su periferia, donde se concentra más del 45 % de la superficie implantada en el territorio nacional, evoluciona en muy buenas condiciones gracias a reiteradas precipitaciones que se vienen registrando durante las últimas semanas. Por otro lado, el cultivo se encuentra próximo a transitar la etapa crítica, bajo un excelente estado sanitario, buen nivel de fertilización y optimas reservas hídricas, con lo cual la potencialidad de rendimiento se mantiene elevada. Otro factor que apalanca esta potencial productividad, es la renovación de los materiales genéticos sembrados, debido a que la pasada campaña la calidad del grano se vio afectada por problemas fitosanitarios. De continuar con un buen estado de cultivo sobre el Sudeste y Sudoeste de Buenos Aires, ambas regiones aportarían más del 50 % del volumen esperado hacia fin de campaña".

    Pero la llegada de la lluvia y el aumento de producción interanual no opacan la declinación a la que se vio sometido el sector y, más aún, se explican en esa lenta desaparición ante el avance de negocios más promisorios: “si no ocurren eventos anormales que puedan afectar la potencialidad de los cultivos (heladas tardías), la producción tentativa de trigo total (pan + candeal) se ubicaría en las 10.350.000 toneladas, partiendo de una superficie implantada estimada ahora en 3.620.000 hectáreas. De lograrse este volumen estaríamos en presencia de un aumento de producción interanual de 17,6 %, mientras que si lo comparamos con el promedio de los últimos 5 años, la caída es de un -7 % (promedio producción 5 últimas campañas: 11,13 MTn) y respecto a los últimos 13 años la merma seria de un -22 % (promedio producción 13 últimas campañas: 13,27 MTn)", explica la Gea. (http://sursuelo.blogspot.com.ar/2013/05/el-pan-nuestro-de-cada-dia.html)   

    Donde hay harina, trigo hubo
    El martes los panaderos rosarinos realizarán un reclamo por el sucesivo aumento de los precios de la bolsa de harina: de seguir el aumento, el pan podría alcanzar los 25 pesos el kilo. La intermediación de los molinos procesadores del trigo distorsiona completamente la comercialización de la cadena triguera. Con capacidad de almacenamiento, son los molinos quienes pueden retener la materia prima en función de las variaciones de los precios del mercado. Para defenderse, acusan faltante de trigo y promueven la importación. Mientras tanto, la especulación lleva a la harina a una escalada que recae directamente en el pan de consumo masivo. Por si la especulación necesitara de evidencias burdas, de febrero a hoy, la bolsa de harina saltó de 90 a casi 400 pesos.

    Los acuerdos entre el gobierno y la industria molinera, que establecían una bolsa de harina más barata que garantice el kilo de pan a 10 pesos, se evaporaron en el aire de la codicia. La concentración que se permitió y promocionó en la cadena productiva produce sus lógicas consecuencias. El desaliento a la producción de trigo y la monopolización de la industria molinera permiten la suba de precios del pan, bien masivo y popular que termina por convertirse en un artículo de lujo. Los pequeños productores para quienes se hace insostenible el cultivo retroceden ante el avance de los grandes actores, cuya preocupación de negocios es insertar una variante en su expansión sojera. El modelo productivo resulta en el monocultivo y la concentración. Y para el resto, los abusos y arbitrariedades de la ventaja (http://sursuelo.blogspot.com.ar/2012/06/la-historia-sin-fin.html).

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