Viernes, 17 Agosto 2012 16:11

Biocombustibles: el desarrollo de los gigantes

Escrito por  Lucas Paulinovich

    Cristina Fernándes firmó el decreto para que las retenciones a la exportación de biodiesel esclen al 32%.

     

     

    Aumento de retenciones para la exportación de biodiesel. Congelamiento del precio para el abastecimiento interno. Resultado: desaparición de las pequeñas y medianas empresas productoras de biodiesel y copamiento del mercado interno por las grandes cerealeras exportadoras. El modelo de… ¿desarrollo agroindustrial?

     

     La presidenta, Cristina Fernández, le puso la firma al decreto y así las retenciones a la exportación de biodiesel escalaron del 20% al 32%. Las empresas exportadoras, agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, soltaron un grito de queja. Pretendían –según denunciaron diputados nacionales del radicalismo-, como consuelo, un aumento en la alícuota al poroto de soja que les permita recuperar capacidad de compra en el mercado interno y, por lo tanto, asegurar sus ganancias. 

    Querían, a fin de cuentas, manifestar su incomodidad por el desagradecimiento: el Gobierno ha recibido algunos favores de las exportadoras como, por ejemplo, el adelanto del pago de retenciones, lo que le permite al Gobierno contar con dinero fresco para la gestión. 

    -¿Qué sucede si pagamos retenciones adelantas por seis millones y, luego, desde la Ucesci (Unidad de Coordinacion y Evaluacion de Subsidios al Consumo Interno) nos otorgan ROEs por 5 millones de toneladas o menos?- los representantes de Ciara-Cec estaban preocupados por la apuesta. 

    Transcurría junio. Estaban reunidos en la Secretaría de Comercio Interior, definiendo las estrategias para afrontar la campaña 2012/13 de trigo. Del otro lado del escritorio escuchaba Guillermo Moreno. El secretario de la cartera esperó que los empresarios terminaran de exponer sus dudas, y los tranquilizó:

    -Vamos a dar la posibilidad de derivar los eventuales pagos excedentes en trigo a otros commodities. 

    Gracias al acuerdo, el Gobierno espera recaudar cerca de 360 millones de dólares. La gentileza tenía su réplica: para que la medida de aumento de retenciones al biodiesel no causara tanto impacto, el Gobierno congeló los precios internos para el abastecimiento a las estaciones de servicios. "Ante el nuevo contexto internacional, resulta necesario adecuar las alícuotas de los derechos y del reintegro a la exportación del biodiesel, establecidos en el decreto 509/07 y sus modificaciones, a las necesidades del conjunto de los sectores de la economía argentina", transcribía el Boletín Oficial. La tonelada de biodiesel valdrá 4.505,3 pesos. Un 15% menos que el mes pasado. A ese precio deberán comercializarlas las empresas productoras. A ese precio –afirman las pequeñas y medianas empresas productoras- es imposible cubrir costos.

     

    El perjuicio de los más pequeños

    Quienes salen perjudicados son las pequeñas y medianas empresas, sin capacidad para el procesamiento de los granos. Es decir: para producir biodiesel, necesitan comprarle el aceite a las grandes cerealeras. Con el congelamiento de precios, comenzaron a cerrar las fábricas, incapaces de afrontar los costos. Quienes ocuparán el abastecimiento interno ahora, entonces, serán las cerealeras. 

    En junio de 2012 se exportaron 127.351,3 toneladas de biocombustibles, bastante menos que las 152.611, 2 toneladas del mismo mes del 2011. Favor con favor, se paga: cómo España y la Unión Europea redujeron su consumo y recortaron importaciones de biodiesel, el sobrante debía tomar un nuevo destino. El Gobierno, con esta medida, ha invitado a que las exportadoras desplacen del mapa interno a las pymes del sector.

    Aripar Bio, por ejemplo, una planta con capacidad para producir 50 mil toneladas por año, ya anunció el cierre de producción para fin de mes. Son 27 las pymes que elaboran biodiesel en la Argentina y generan 2500 puestos de trabajo. El oxígeno para su supervivencia les llegaba de la cuota de 7% fijada por ley con que las petroleras debían cortar el gasoil. Hasta hoy, el 50% del abastecimiento estaba representado por pequeñas y medianas empresas del sector. Con el cambio del contexto internacional y los compromisos asumidos con el gran capital transnacional, el panorama comienza a cambiar: los grandes favorecidos son los que cuentan con mayor espalda financiera y el ingreso de divisas a través de las exportaciones. Es decir: las grandes cerealeras.

    Santa Fe es –por lejos- la provincia que más biocombustibles produce. Hay una sencilla razón: en Santa Fe (fundamentalmente en el exCordón Industrial Rosario-San Lorenzo) se encuentran la mayoría de las cerealeras que procesan los granos para la producción de aceite vegetal. En 2010, según datos de la Ciara-Cec, en la provincia se produjeron 5.176.497 de toneladas de aceite de soja, principal materia prima para la producción de biocombustibles. Le seguía Buenos Aires, que produjo solo 370.323 toneladas. Pero no solo la cercanía al puerto aporta ventajas al sector en la provincia: la ley 12.692 de Biocombustibles establece algunos privilegios para los productores como, por ejemplo, la exención impositiva (a través del decreto provincial 0158/07). La presencia de los grandes en la región hace que el impacto se sienta menos. La presencia del gigante, a veces, impide notar la desaparición de los más pequeños.

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